Cirugía estética facial

• Lifting facial tradicional: elimina los signos de envejecimiento en rostro y cuello, otorgando a la piel un aspecto firme y terso. Se realizan una serie de incisiones, la piel se levanta, se estira y se reposiciona; y el tejido sobrante se elimina. Está indicado para personas con signos avanzados de envejecimiento. 

• Mini lifting: es una variante menos invasiva del lifting tradicional, indicada para pacientes de entre 40 y 50 años. En pacientes más mayores se suele indicar el lifting facial. Las incisiones son más pequeñas y el tiempo de recuperación es menor.

• Lifting cérvico-facial (técnica Deep Plane): el lifting cérvico-facial se centra en el cuello y la zona inferior del rostro. Es especialmente eficaz para eliminar la papada. La técnica Deep Plane trabaja sobre las estructuras cutáneas más profundas del rostro; concretamente el sistema músculo-aponeurótico superficial (SMAS), lo que permite lograr un aspecto menos tirante y artificial.

• Blefaroplastia inferior y superior: reposiciona o elimina el exceso de piel y grasa alrededor de los ojos para mejorar su apariencia estética y su funcionalidad.

• Cantoplexia: puede realizarse de manera independiente. Otorga a los ojos una apariencia más almendrada, mediante la elevación de los párpados inferiores.

• Lifting de cejas: corrige la caída de las cejas producido por el paso del tiempo. A menudo se realiza como complemento a la blefaroplastia.

• Rinoplastia: intervención de la piel, el cartílago y/o el hueso de la nariz para solucionar problemas estéticos o funcionales. A nivel estético se busca otorgar al paciente una mayor armonía facial, adaptando el tamaño y la forma de la nariz a las características de su rostro. En los casos más sencillos la rinoplastia será cerrada (sin incisiones exteriores), pero si se requiere una modificación sustancial, se realizará una rinoplastia abierta (con incisión en la columela, la parte de la nariz entre las dos fosas nasales).

• Rinoplastia ultrasónica: se emplea un dispositivo ultrasónico que permite remodelar los huesos de forma más precisa y controlada. Causa menos trauma en los tejidos, de modo que se producen menos moratones y hematomas, y hay menor riesgo de fractura de hueso. Por lo tanto, la recuperación es más rápida y menos dolorosa.

• Otoplastia: modificación de la forma, tamaño o posición de las orejas. Permite corregir problemas como las llamadas “orejas de soplillo” o el lóbulo rasgado por el uso de pendientes pesados o dilatadores.

• Bichectomía: las Bolas de Bichat son acumulaciones de grasa en la mejilla. Se pueden extraer para lograr un rostro más afinado  y destacar los pómulos. Las Bolas de Bichat no tienen ninguna función conocida y no se vuelven a reproducir tras la operación, aunque el paciente aumente de peso.

• Mentoplastia: modificación de la forma o tamaño del mentón y la barbilla. para mejorar la armonía facial y corregir problemas funcionales.

• Resección de labios: esta cirugía tiene por objetivo la eliminación de granulomas; es decir, de pequeños bultos o nódulos que aparecen en los labios como consecuencia de una mala reacción a un material de relleno inyectado en los labios.